Durante este intenso final de curso, diferentes recursos del Centro Taleia se han unido en un proyecto común, en el que poder desplegar tanto el talento como habilidades aprendidas en los diferentes talleres.
El objetivo era mostrar la línea de ropa que desde el taller de Centro de Día llevan trabajando durante el trimestre, después de haber inaugurado una tienda LYC y de seguir mejorando sus aptitudes. Las alumnas y alumnos del recurso, idearon tanto el vestuario que se llevaría como la puesta en escena una vez llegara el día del desfile.
El taller de Centro de día de peluquería y el Programa Formativo de Cualificación Básica de servicios auxiliares de estética unieron fuerzas para encargarse tanto de los peinados como del maquillaje. Y desde los otros recursos (Promoción educativa, PFCB Mecánica y el resto de talleres de Centro de Día) salieron las y los modelos que se atrevieron a probar (personal de prácticas, voluntariado y profesionales incluidos). Además de apoyar cualquier necesidad que pudiera surgir, también disfrutaron en primera línea de un evento único en la historia de Taleia.
Durante estos días se ha trabajado con ilusión, y el día del desfile final los nervios, lógicamente, estaban a flor de piel. Se empezó a trabajar desde temprano, preparando a las personas que ejercían de modelos en la parte de peluquería y maquillaje, mientras que nuestro equipo de fotografía profesional estaba listo para hacer brillar a las personas que iban a dejarnos boquiabiertas. Aquí os dejamos algunas de las estrellas que iluminaron la jornada:
Y llegó el desfile. Con alfombra roja y expectativas de espectáculo. A nosotras, las personas que conformamos Taleia, lo que nos va es el valor propio, la autoestima. Nos encanta celebrar que, en nuestro pequeño lugar en el mundo, tenemos la suerte de encontrarnos con personas diferentes, distintas, llegadas de tantos sitios, y que al final nos encontramos, nos reconocemos y nos sentimos parte de este lugar.
Así que el slogan del desfile fue: “La vida es unisex”. Y fue un éxito, de crítica y público. Un trabajo conjunto que supo poner en el centro lo que nos importa: las personas y la vida. Y este curso, que acaba, aún con más razón.
Poco a poco volvemos a recuperar los espacios, con todas las medidas adecuadas, en los que nos podemos reencontrar como taleianos y taleianas.
Y, una vez más, Taleia se llenó de ruido, de flashes y de belleza: la que se consigue cuando se trabaja en conjunto por un objetivo común.
Ser aún mejores personas y caminar en nuestro futuro, al fin y al cabo... Eso es una segunda oportunidad: volver a daros valor.
¡Enhorabuena!
